lunes, 21 de noviembre de 2011

ACTO CÍVICO EN CONMEMORACIÓN DEL CCI ANIVERSARIO DEL INICIO DE LA REVOLUCIÓN MEXICANA













Adrián R. Jiménez Guth
Secretario del Ayuntamiento

Honorables miembros del presidium, invitados especiales todos.

La Revolución Mexicana, que dio inicio a instancias de Francisco I. Madero hace ya 101 años, representa, además del primer movimiento armado de grandes dimensiones del siglo XX; una oportunidad para reflexionar sobre la necesidad que tienen los pueblos por sacudirse los yugos que le oprimen, y buscar mejores condiciones de vida para las generaciones que le suceden.

Los mexicanos de entonces, nuestros antepasados, se enfrascaron en una sangrienta lucha que acabó con algunas de las formas de opresión más representativas de entonces, como el sistema de haciendas, la incipiente industrialización esclavizante y la falta de un estado de derecho que garantizara una impartición de justicia imparcial. Ellos buscaban forjar un México de instituciones que fuera mejor.

Un México democrático, republicano y plenamente soberano que lamentablemente todavía no se consolida como todos quisiéramos.

El esfuerzo de Madero, Zapata, Villa, Carranza, Obregón o Lázaro Cárdenas entre muchos otros, se vio coronado con múltiples y contrastantes victorias militares; se sucedieron gobiernos que entre la confusión de la refriega militar, buscaban afanosamente un derrotero, sin lograr encontrarlo hasta que se promulgó la Constitución de 1917; ejemplo sin par en el mundo de garantías individuales y sociales.

Y aún después de 1917, la lucha continuó hasta bien entrada la década de los años 20.

¿Quién ganó la revolución mexicana?

Esta pregunta ha rondado la mente de muchos mexicanos e historiadores, por décadas. Tal vez no tenga una respuesta sencilla. Lo importante radica en estar convencidos que no hubo un solo ganador; la patria debió ganar en un mejor reparto agrario; más estado de derecho y mayores derechos para la gran mayoría marginada.

El movimiento armado que costó la vida de alrededor de un millón de hombres, persiguió fundamentalmente hacer valer una legalidad y una democracia que hasta el día de hoy debemos mantener en pie con grandes esfuerzos.

Hoy que desafortunadamente las armas y la violencia siguen siendo el tema de todos los días, ya no debe ser necesario recurrir a revoluciones de odio, sino de esperanza.

Los graves problemas del México que recién termina la primera década del siglo XXI, no son iguales a aquellos que agobiaban a nuestros antepasados hace más de un siglo; ahora que vivimos en una época donde la tecnología ocupa un lugar privilegiado en nuestras vidas, y donde estamos como sociedad comprometidos con la tutela de los derechos de grupos minoritarios y el respeto a los derechos humanos. Hemos desarrollado mejores instrumentos de legalidad, pero todavía hace falta un cambio estructural que nos aleje de la violencia y nos coloque en una reforma real, de nuestra forma de ver el futuro. Nuestras armas deben ser la legalidad; la educación; la salud; y la perseverancia en el trabajo.

Los revolucionarios de 1910 buscaban sacudirse el gobierno opresor de Porfirio Díaz, ahora debemos sacudirnos la falta de voluntad y compromiso por darles a nuestros hijos un México en paz, con oportunidades de empleo y de convertirse en ciudadanos plenos, con libertad para ser felices de una manera lícita.

La revolución de hoy, debe buscar lo que Torres Bodet veía con gran claridad hace algunas décadas: la formación de ciudadanos. Cito:

“El ciudadano del porvenir, aparte de corresponder a un tipo leal, honrado,limpio, enérgico y laborioso, será el que quiera a su patriaentrañablemente, sin necesidad de engañarse; pero quererla, sobre los males y fracasos, no para exagerarlos con la ironía o el pesimismo, sino paracorregirlos con el trabajo, con el sacrificio, con la verdad.
Un tipo de ciudadano veraz con sus semejantes y veraz consigo mismo, fiel a su palabra, superior a las mezquindades del servilismo y a laadulación, que no se cruce de brazos ante las dificultades, esperando que losalven de ellas, tardíamente, un golpe de valor, un medro, una astucia vil. Unser que no abdique de su derecho por negligencia, pero que no lo ejerzaabusivamente y que, sobre todo, jamás olvide que la garantía interna de esosderechos radica en el cumplimiento de los deberes, y que cualquier derechoresultaría un privilegio específico excepcional. Un ser que ame la vida y que la enaltezca.
En fin, un tipo de ciudadano capaz de juzgar las cosas y los hombres conindependencia y con rectitud, porque es capaz de juzgarse a sí mismo antes que los otros, y que sabe que, por encima de la libertad que se obtiene como legado, el destino de los pueblos coloca siempre la libertad superior.¡La que se merece!”


Recién acabamos de entregar reconocimientos al mérito deportivo, y ello nos hace pensar en un mejor mañana; por eso este día está dedicado en mucho, a una de las actividades humanas más benéficas para todos: hacer deporte. Y si a esto combinamos el deseo por tener un mejor lugar para vivir… y combináramos mejores condiciones para ser emprendedores; y más capacidad de todos para convivir en paz…; con mejor educación, formadora de ciudadanos cabales y con la valentía suficiente para honrar con su vida a su patria… tendríamos la revolución que este, nuestro amado México necesita con urgencia.